«El teléfono móvil debe ser más inteligente»

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Amit Singhal, vicepresidente mundial de Google, relata a ABC los retos de las nuevas tecnologías



Hablará contigo, recomendará que compres determinado producto de alimentación e informará de la mejor ruta. Son propuestas que hoy en día ya permiten las nuevas tecnologías, pero el futuro de los dispositivos electrónicos camina hacia la anticipación y la posibilidad de, incluso, presagiar el futuro. Los teléfonos móviles inteligentes, esos aparatos llamados popularmente «smartphones», buscan reinventarse mediante la incorporación de nuevas funciones que mejoren la interactividad entre el hombre y la máquina. Aún se está -dicen los expertos- en plena evolución.



«El móvil debe ser más inteligente», apela Amit Singhal, vicepresidente de búsquedas de Google, mientras relata al diario ABC los próximos retos de los aparatos electrónicos. El siguiente paso es ahondar en las predicciones, por lo que la industria trabaja en la incorporación de software específicos de cara a mejorar la respuesta deseada por las personas. La popularización de internet permitirá dotar de mayor inteligencia a las máquinas. «No solo debe ser el teléfono más inteligente, todos los dispositivos que le rodean y que tienen capacidades de computación deben ser mucho más inteligente; como la lavadora, el aire acondicionado, su refrigerador debe, sin duda, ser más inteligente. Por ejemplo, no debería dejarme comer en la noche», sugiere.



Se ha avanzado -dice este experto que lleva quince años en la multinacional con sede en Mountain View (California)-, quien anticipa que la compañía para la que trabaja se está moviendo en los últimos años en aras de desarrollar las predicciones más inteligentes que ayuden a las personas a introducirse por nuevas vías de interacción. «Cosas simples, como si una persona está dormida, nuestros socios han hecho cosas asombrosas como permitir colocar boca abajo el móvil para no despertarte», subraya.



Ahí es donde entra una visión futurista de las máquinas, que escuchan constantemente, como se propugna con el asistente virtual Google Now (equivalente a Siri en los iPhone o Cortana en los dispositivos de Microsoft). Se trabaja para que estén pendientes de las necesidades de sus propietarios, no solo de recibir órdenes precisas. Se busca, con ello, un sistema que esté permanentemente conectado y sea capaz de prever nuestros movimientos. «Incluso antes de pedirles algo, nuestro trabajo es conseguir darle las respuestas que necesita, incluso antes de preguntar por ellas».



Los ejemplos de lo que será capaz de la tecnología en un futuro abundan. Puede que una persona pida un vaso de leche o quiera abrir la puerta del salón en el momento en el que tiene las manos ocupadas o, simplemente, escuche los titulares de prensa en un momento determinado sin mover un dedo. «Cuando iba a mi hotel esta mañana, Google Now me dijo que tengo tres formas de llegar a la oficina -mediante un taxi, tren o caminando- y me devuelve detalles de mi próxima reunión y del tiempo que tardaré en llegar. Era exactamente la pregunta que estaba en mi cabeza; predijo lo que necesitaba y, con un simple gesto, ya estaba yendo al trabajo», comenta.



Para hacer posible esta característica casi mágica, se utliza una serie algoritmos para entender lo que en este momento y en este lugar un usuario necesita. «Es responder a cuáles son las posibles preguntas que tendrían. Y, a continuación, se utilizan unos algoritmos que predictivamente ofrecen las respuestas», explica.

Revolución móvil

Se habla, principalmente, del «smartphone» porque se ha convertido en el producto tecnológico con mayor aceptación de las últimas décadas y se considera como uno de los pilares básicos para sustentar la siguiente revolución. Pero el campo de actuación de la inteligencia artificial es aún mayor. «El móvil lo está cambiando todo, las personas lo llevan todo el tiempo, se trata de un dispositivo que está en su bolsillo o en su escritorio, en su cajón, en cualquier lugar», considera Singhal.



La explicación -continúa- viene por el aumento de las capacidades en comparación a los ordenadores tradicionales y que ha favorecido que «para muchas personas residentes en los mercados emergentes un teléfono móvil se convierta en el primer dispositivo electrónico que toquen en su vida».



Precisamente, la búsqueda de conocimiento ha pasado, en poco tiempo, de la pantalla del ordenador a la del móvil («cuando mi hijo está enfermo, tengo que averiguar si mi médico está abierto o no»), pero en consecuencia se ha comenzado a trabajar en nuevos esquemas informáticos para devolver las «mejores respuestas para cualquier necesidad» que se tenga en ese momento. En esa batalla, «el móvil tiene que ofrecer a los usuarios nuevas formas de interactuar» y el futuro se intuye esperanzador e incierto al mismo tiempo: «La informática ha pasado de un escritorio a un móvil no sé si lo siguiente quizá sea un reloj».



http://www.abc.es/tecnologia/noticias/20151005/abci-amit-singhal-entrevista-google-201510050820.html